Rüdiger, Mendy y Alaba se pierden lo que resta de temporada

El pasado martes en Valdebebas se vivió una secuencia inédita, más cercana a una pesadilla que a una planificación deportiva profesional. A primera hora, el club emitió el parte médico de Rüdiger: el central alemán, tras pasar por quirófano por una dolencia en la rodilla, estará fuera de los terrenos de juego al menos ocho semanas. Apenas unas horas después, la entidad confirmaba una rotura en el recto anterior del cuádriceps derecho de Ferland Mendy, que lo mantendrá apartado entre 10 y 12 semanas. El francés, que llegaba a su mejor versión, se perderá sin remedio el Mundial de Clubes.

Pero lo peor estaba por llegar. A las diez de la noche, el comunicado oficial sobre David Alaba fue el golpe definitivo. Rotura del menisco interno de la rodilla izquierda y un pronóstico de entre cuatro y seis semanas de baja. Una lesión más en una temporada marcada por la ausencia de continuidad del central austríaco, que se perderá el tramo final de Liga, aunque aún aspira a llegar al Mundial de Clubes.

Con estos tres nombres fuera de combate, el panorama para Ancelotti es crítico. De los cinco defensores con los que comenzó la temporada —Carvajal, Militao, Rüdiger, Mendy y Alaba—, ninguno está disponible. Solo Fran García permanece como único zaguero puro del primer equipo en condiciones de competir.

Las opciones del técnico italiano son escasas. Lucas Vázquez, reconvertido, no es lateral de oficio. Jesús Vallejo no entra en los planes desde hace meses. Y Raúl Asencio, canterano, sigue con ficha del Castilla. Así, el Real Madrid afronta el tramo decisivo del curso con una defensa de circunstancias y la necesidad urgente de soluciones.

En un año marcado por las ausencias, la última oleada de lesiones supone el golpe más duro para la estructura del equipo. Con el horizonte del Mundial de Clubes y los últimos compromisos ligueros, Ancelotti deberá reinventar su línea más castigada.